Melamil®
Complemento alimenticio a base de melatonina al 99% que ayuda a conciliar el sueño
Son múltiples los beneficios que le aporta dormir bien a tu pequeño. La hormona del crecimiento se produce mientras tu bebé duerme, su cuerpo repone fuerzas y descansa. Es normal preocuparse si tu bebé no duerme, por ello vamos a darte algunos consejos que te ayudarán a mejorar el descanso de toda la familia.
Tienes que saber que el sueño es un proceso evolutivo y está influido por muchos factores; físicos, externos y psicosociales. Hay cosas que puedes hacer para ayudar a que tu bebé poco a poco vaya durmiendo toda la noche, pero lo principal es tener paciencia y darle tiempo para que lo pueda lograr por sí mismo. Aunque no hagamos nada, todo niño sano dormirá sin interrupciones algún día.
¿Cómo es el sueño de un bebé?
No todos los bebés son iguales, y, los datos sobre horas de sueño según su edad, son orientativos. Tu bebé además dormirá varias siestas durante el día, y estas pueden mantenerse hasta los 5-6 años.
Pero ten en cuenta que también necesita alimentarse frecuentemente, sobre todo en los primeros meses de vida.
En sus primeros 3 meses de vida tu bebé puede dormir a diario de 14 a 20 horas, comiendo numerosas veces al día y a demanda, ya sea a través de lactancia materna o leche de fórmula. Su sueño va a ser bifásico (tan solo tiene las fases REM y sueño lento) lo que ocasionará despertares continuamente.
Todavía su cuerpo no tiene regulado el ciclo circadiano, esto quiere decir que no reconoce las diferencias entre día y noche.
En estos primeros meses, no te preocupes por el sueño, establece una buena lactancia y piensa en alternativas que te puedan ayudar a descansar, como el practicar colecho con tu bebé.
De los 4 a los 7 meses tu bebé puede dormir entre 10 y 15 horas al día, incluyendo un par de siestas cortas durante el día.
Tu bebé empezará a tener un sueño más predecible y el sueño nocturno durará mucho más que el diurno. Irá adquiriendo el resto de fases del sueño y le será más fácil volver a dormirse sin ayuda, sobre todo si se siente en un entorno seguro.
Es el momento en el que puedes empezar a establecer rutinas que le facilitarán irse anticipando a lo que va a ocurrir y comprendiendo cuándo es hora de dormir, de jugar, de bañarse o de comer.
A partir de los 8 meses tu bebé puede dormir entre 9 y 14 horas al día. El sueño de tu bebé no se parecerá al del adulto hasta los 5-6 años cuando ya dormirá entre 8-10 horas durante la noche.
Su sueño ya va madurando y adquiriendo todas las fases que tendrá de adulto, aunque también aparecerán otros factores, como la angustia de separación, la dentición, incluso la regulación de esfínteres que pueden afectar en su sueño.
No es fácil dejar que el bebé vaya manteniendo su propio horario y adaptándose lentamente al sueño adulto, ya que los horarios, principalmente de trabajo o centros escolares, hacen que necesitemos como padres y madres que esos horarios se vayan regulando.
Una vez se haya empezado la alimentación complementaria y se vayan estructurando las comidas, podemos también ir estableciendo rutinas que lleven a nuestro peque a la cama.
Asegúrate que la siesta se hace temprano a media mañana y ve reduciendo su duración mientras el bebé la necesite.
Empieza una hora antes de la cena con actividades tranquilas, pueden ser juegos relajados o incluso el rato del baño. Deja que se vaya anticipando a la hora de cenar y que sepa que después de cenar toca el aseo, cambio de pañal o hacer pipí, lavarse los dientes y tener un momento tranquilo. Puede ser un cuento o una canción, pero un momento juntos en la cama le ayudará a sentirla como un lugar agradable.
Puede que al principio no sea fácil y requiera más tiempo a su lado, dejarle llorar o no atender sus necesidades nunca es una solución y puede traer más problemas a largo plazo.
Si tu bebé necesita una ayuda para ir incorporando nuevas rutinas y quedarse dormido puedes probar con Melamil, nuestras gotas para dormir al peque, a base de melatonina, que le ayudarán a conciliar el sueño.