Comienza por un ingrediente para después variar
Comienza por un único ingrediente para las primeras comidas sólidas de tu bebé y deja que se vaya habituando al mismo poco a poco. Un puré de verduras (calabaza o zanahoria, por ejemplo) es bueno para comenzar porque la mayoría de los niños lo encuentran agradable y es muy fácil de digerir.
Si la alimentación con el primer ingrediente marcha bien durante 2 o 3 días, puedes añadir gradualmente algo de puré de patata como segundo ingrediente y, una vez se acostumbre a este, añadir en torno a 20 - 30g de carne cocida y triturada como tercer ingrediente. Tras el periodo inicial de familiarización con los alimentos sólidos de entre 3 y 4 semanas, una ración estándar de puré de verdura, patata y carne estaría en torno a los 180 - 220g. Continúa variando los ingredientes poco a poco, ya que así ayudarás a tu bebé a abrirse a nuevos alimentos cuando sean mayores. Recuerda que durante sus primeros meses los bebés no muestran ninguna predilección por lo dulce o lo salado. Por lo tanto, te recomendamos que evites productos con aditivos como el azúcar, la sal, así como aromas o especias.
Tras aproximadamente 1 mes, puedes sustituir otra toma de leche, preferiblemente la de la noche, por leche acompañada de un cereal. Una cena con cereales puede ser muy saciante por la noche y, con ello, contribuir a un sueño apacible.