Bebés y el calor: Consejos para que duerma mejor

Con la llegada del buen tiempo aumenta el calor y el bienestar de los bebés se convierte en una preocupación primordial para muchos padres y madres. Las altas temperaturas pueden afectar significativamente el sueño de los adultos, pero también el de los más pequeños, lo que puede generar estrés. Te explicaremos cómo el calor afecta al sueño de los bebés y te proporcionaremos una serie de consejos prácticos para que duerman mejor y de manera más segura durante los días calurosos.

Impacto del calor en el sueño de los bebés

Es bien sabido que las altas temperaturas pueden dificultar el sueño tanto en niños como en adultos. Los bebés, en particular, son más susceptibles a los cambios de temperatura debido a su incapacidad para regular eficazmente su temperatura corporal. Cuando hace calor, es más probable que los bebés se sientan incómodos y suden más durante la noche, lo que puede interferir con su capacidad para conciliar el sueño y permanecer dormidos durante períodos prolongados. Además, el riesgo de deshidratación aumenta en climas cálidos, lo que puede hacer que los bebés se despierten con más frecuencia en busca de alimentación o líquidos. La incomodidad causada por el calor también puede provocar irritabilidad y dificultad para calmarse, lo que puede hacer que sea aún más difícil conciliar el sueño.

Consejos para un sueño más tranquilo en verano

Controlar la temperatura ambiente

Mantener la habitación del bebé fresca es fundamental para garantizar un sueño tranquilo. Asegúrate de que la temperatura ambiente esté entre 18 y 21 grados. Utiliza un ventilador o aire acondicionado para mantener el aire en movimiento y reducir la sensación de bochorno, pero intenta que la corriente de aire no le dé directamente al bebé, ya que podría ser perjudicial.

Vestimenta adecuada

Viste a tu bebé con ropa ligera y transpirable durante la noche. Opta por pijamas de algodón suave que absorban el sudor y permitan que la piel respire. También debes asegurarte de que la ropa no tenga botones ni costuras que puedan molestarle mientras duerme. Además, debe poder moverse con libertad, por lo que si hace mucho calor un body puede ser suficiente para dormir. 

Ropa de cama fresca

Las sábanas y mantas pesadas pueden aumentar la sensación de calor. Utiliza sábanas de algodón 100% para que sean frescas y ligeras, y considera dejar solamente la sábana bajera si la temperatura ambiente es lo suficientemente cálida. Además, coloca fuera de la cuna los peluches u otros juguetes, ya que estos contribuyen a que aumente la temperatura al impedir que el aire fluya correctamente.

Mucha hidratación

Al igual que las personas adultas, en verano los bebés necesitan más hidratación que el resto del año. Con el calor, la sudoración aumenta y el organismo necesita reponer líquidos con más frecuencia. Mantener a tu bebé hidratado es importantísimo, tanto con la lactancia materna como con un biberón de agua, ya que de esta manera se evita que sufra un golpe de calor o deshidratación. Ten en cuenta que los bebés son más susceptibles a estos riesgos.

Baños refrescantes

Un baño tibio antes de acostarse puede ayudar a refrescar a tu bebé y prepararlo para dormir profundamente, ya que el agua contribuye a la relajación de los músculos. Evita el agua extremadamente fría, ya que puede causar un shock térmico o provocar que el bebé sienta más calor cuando salga del agua. Puedes aprovechar el momento del baño para darle un suave masaje que contribuya a que concilie el sueño.

Crear una rutina de sueño relajante

Establecer una rutina tranquila y relajante antes de la hora de dormir puede ayudar a que tu bebé se sienta más tranquilo y preparado para dormir. Esto puede incluir actividades como un masaje suave, leer un cuento o escuchar música suave, cualquier actividad que le relaje y que relacione con la hora de dormir es beneficiosa.

Monitoreo de signos de sobrecalentamiento

En verano o épocas de altas temperaturas es recomendable prestar atención a los signos de sobrecalentamiento en tu bebé, como sudoración excesiva, piel caliente al tacto y llanto inconsolable. Si sospechas que tu bebé está demasiado caliente, retira capas de ropa o busca formas de enfriarlo suavemente como las que te hemos explicado en este artículo.

En los meses de calor, garantizar que tu bebé duerma bien y de manera segura es una prioridad que beneficia a toda la familia. Siguiendo los consejos mencionados anteriormente y prestando atención a las necesidades individuales de tu bebé, puedes ayudar a que tenga un sueño tranquilo y reparador, incluso en las noches más calurosas del verano. Recuerda siempre consultar con un pediatra si tienes inquietudes sobre la salud o el bienestar de tu bebé, te ayudará a resolver cualquier duda sobre lo que es mejor para su descanso.

 

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