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Convertirse en padre es una de las experiencias más maravillosas de la vida, pero despierta toda clase de dudas. ¿Cómo funciona el embarazo? ¿Seguirá siendo igual nuestra relación y nuestro amor? ¿Qué hago cuando llegue el bebé? No te preocupes: cuentas con la intuición nata para hacer frente a todos estos retos. Y, además, tenemos para ti varios consejos e ideas para ayudarte a estar a la altura en tu nuevo rol como padre.
Para algunos es pura alegría; para otros, una pequeña sorpresa pero, si algo está claro, es que nunca nada volverá a ser lo mismo. Cuando tu pareja te comunica que está embarazada, comienza para ambos una etapa completamente nueva de vuestras vidas.
Tan pronto como el test de embarazo da positivo, comienza la aventura: planes para el futuro, visitas al ginecólogo, revisiones médicas, la primera ecografía... El rumbo de vuestra vida va ya dictado por vuestro hijo, aunque no haya nacido aún. Es un momento que une a las parejas pero que también puede resultar estresante. En todo caso, el amor y comprensión mutuos son imprescindibles.
La primera cita con el ginecólogo suele darse al final del primer trimestre, que es cuando toca normalmente la primera ecografía. Como padre, no deberías perderte esta emocionante experiencia: nada te abre mejor los ojos al hecho de que hay una nueva vida creciendo en el vientre de tu pareja que ver por primera vez una imagen de tu hijo.
¿Quieres estar presente cuando nazca vuestro bebé? ¡Estupendo! En ese caso, deberías prepararte tan bien como puedas para el gran momento. Una cosa está clara: solo podrás servir de apoyo a tu mujer y a tu hijo si sabes qué tienes que hacer tan pronto como comience el parto. Para ello, queremos darte unos consejos e infundirte la confianza que necesitas.
Como padre, ¿cómo me preparo para el nacimiento? ¿Qué hago cuando comiencen las contracciones? ¿Cómo ayudo a mi mujer en la sala de partos? Todas estas preguntas tienen su respuesta en los cursos de preparación al parto. Es una idea de lo más recomendable participar en esta importante formación si eres padre primerizo.
Siempre es bueno para el bebé que los padres trabajen en equipo. En el curso de preparación al parto recibiréis vuestra formación inicial. Vuestra primera lección: inhalar y exhalar juntos. La técnica de respiración adecuada es una herramienta muy útil para centrar la atención y afrontar el estrés y los dolores que acompañan al parto.
Naturalmente hay excepciones, pero cuando comienzan las contracciones a menudo los padres sienten más pánico que las madres. Mantén la calma y recuerda siempre que la preparación es la clave del éxito. Puedes, por ejemplo, pegar el número de los taxis en la nevera o prepararte una bolsa para la clínica en la que metas todo lo que necesitarás como padre en ciernes. Dale todo tu apoyo a tu pareja, porque lo último que necesita en estos momentos son preocupaciones de más.
Ver el nacimiento de tu propio hijo es una experiencia que te cambiará para siempre. Al fin y al cabo, no es solo el día del nacimiento de tu hijo, sino que tú también naces como padre. Por eso es el momento de estar a la altura. Tenemos varios consejos que te pueden ayudar a hacer un gran trabajo y a ser el mejor apoyo para tu mujer y para vuestro recién nacido.
Es perfectamente comprensible que la idea del parto te ponga algo nervioso. Sin embargo, es un mito eso que dicen de que los padres con frecuencia pierden el conocimiento en la sala de partos. De hecho, la posibilidad de que te desmayes es inferior al 1%. Con todo y con eso, el nacimiento es a menudo algo emocionante a la par que agotador. Puede llevar mucho tiempo y la sala de partos es por lo normal muy cálida, por lo que deberías llevar ropa ligera y cómoda para que puedas estar al lado (o detrás) de tu mujer con la cabeza bien fría.
Hacer compañía como padre durante el nacimiento trata, sobre todo, de dejar que todo suceda. Tu papel es simplemente estar presente. Anima a tu mujer, tranquilízala y ayúdala con las técnicas de respiración que habéis aprendido juntos. Las necesidades de tu pareja pueden cambiar de un momento a otro. Su estado de ánimo puede variar con igual rapidez, por lo que no te sorprendas si tienes que hacer las veces de saco de boxeo para que ella pueda liberar su estrés.