Melamil®
Complemento alimenticio a base de melatonina al 99% que ayuda a conciliar el sueño
El sueño es un aspecto fundamental en el desarrollo de los bebés, pero una de las grandes curiosidades que tienen los padres es si los recién nacidos sueñan. ¿Tienen imágenes en su mente mientras duermen? ¿Pueden experimentar pesadillas o sueños agradables? La ciencia ha investigado a fondo el descanso de los más pequeños y en este artículo te contamos todo lo que necesitas saber sobre el mundo del sueño infantil.
¡Recuerda! Implementar y mantener una rutina de sueño para el bebé adecuada lo antes posible puede marcar una gran diferencia en el descanso y en la vida de toda la familia.
El sueño de los bebés es diferente al de los adultos. Durante los primeros meses de vida, su descanso está compuesto en gran parte por la fase de sueño REM (movimiento ocular rápido), que es el momento en el que los adultos soñamos. Sin embargo, los especialistas creen que en los recién nacidos esta fase no tiene el mismo significado, ya que su cerebro aún está en desarrollo y su capacidad para formar recuerdos y construir historias es limitada.
Lo que sí ocurre durante el sueño REM del bebé es que su cerebro trabaja intensamente procesando toda la información recibida mientras está despierto. En otras palabras, aunque los bebés no sueñen con historias complejas como los adultos, su mente está muy activa consolidando aprendizajes y fortaleciendo conexiones neuronales esenciales para su crecimiento.
Además, algunos estudios sugieren que los bebés ya sueñan incluso antes de nacer, aproximadamente desde el séptimo mes de gestación. En el útero materno, han mostrado actividad cerebral similar a la del sueño REM, lo que sugiere que pueden estar procesando sensaciones y sonidos del entorno.
Las fases del sueño de un bebé se divide en dos grandes fases hasta los cuatro meses:
A partir de los cuatro meses, el sueño de los bebés comienza a parecerse más al de los adultos y se divide en varias fases:
En los adultos, la fase REM ocupa aproximadamente el 20% del tiempo de sueño, mientras que en los bebés puede durar entre seis y ocho horas al día, según los expertos.
Aunque es imposible saber con exactitud qué sueñan los bebés, los estudios sugieren que sus sueños están basados en sensaciones más que en imágenes o historias complejas. Esto significa que los bebés podrían estar reviviendo momentos agradables como el calor del baño, el sonido de la voz de su madre o la suavidad de una caricia. A medida que crecen y su cerebro se desarrolla, sus sueños se vuelven más ricos y variados.
Es poco probable que los recién nacidos experimenten pesadillas, ya que para ello se necesita una capacidad más avanzada de imaginar situaciones y recordar experiencias, algo que aún no han desarrollado completamente. Sin embargo, cuando los bebés crecen y empiezan a tener un mayor contacto con el mundo, pueden empezar a experimentar sueños más complejos e incluso algunas pesadillas alrededor de los tres años.
Si notas que tu bebé se despierta llorando o inquieto, puede ser debido a otros factores como hambre, molestias digestivas, calor o frío, en lugar de un mal sueño.
Un descanso adecuado es esencial para el bienestar del bebé y también para el de los padres. Aquí te dejamos algunas recomendaciones para ayudarle a dormir mejor:
Para establecer una rutina de sueño adecuada en los más pequeños, Melamil es una opción formulada específicamente para ellos, mientras que los adolescentes y adultos pueden beneficiarse de Melamil Dormistant Adultos.
Ambos productos contienen melatonina y pueden contribuir a conciliar el sueño. ¡Descansar bien es fundamental para el bienestar de toda la familia!
Si buscas estrategias efectivas para mejorar la calidad del sueño de tu bebé, consulta nuestra guía sobre cómo hacer que un bebé duerma toda la noche y aplica técnicas probadas que faciliten un descanso continuo.
Recuerda que cada bebé es diferente, y si tienes dudas sobre su descanso, siempre puedes consultar con tu pediatra para asegurarte de que está durmiendo de la mejor manera posible.